martes, 13 de abril de 2010

Todo es siempre lo que parece.

Haces mal en mentirme. Nadie te lo ha dicho (no podrían), pero cuando mientes, tus pestañas adquieren un tono verdoso fluorescente que sólo yo puedo ver (ya he preguntado a otra gente que te conoce y nada). Así que déjalo estar y dime la verdad siempre, a menos que quieras volver a preguntarme por qué parezco azul cuando estoy contento pero tengo cara de marciano o de calabacín cada vez que me ves llorando. Es sólo un reflejo.

2 comentarios:

  1. Me encantan esos pequeños gestos que denotan que alguien miente. Yo levanto la cabeza y parpadeo compulsivamente, un poco como Belén Esteban pero sin cerrar los ojos tan exageradamente.

    ResponderEliminar
  2. Yo miento DE PENA... ni siquiera sé qué tipo de manifestaciones exteriores me delatan, pero procuro ni intentarlo.

    ResponderEliminar